viernes, 2 de agosto de 2013

Consecuencias del boom crediticio en el crecimiento

La financiación de la demanda se encuentra en la mayor tasa interanual negativa histórica desde 1995, como podemos observar en los gráficos adjuntos. Obviamente, esto representa un condicionante adverso adicional e importante a la difícil coyuntura económica actual. Ahora bien, si se analiza la dinámica del crédito desde una perspectiva menos coyuntural, y sobre todo desde la óptica del impacto que el nivel de crédito puede tener en el crecimiento de una economía en el largo plazo, podremos comprobar que los excesos crediticios, tanto en un boom como en períodos de escasez, pueden generar problemas mayores que los beneficios aportados. El paradigma de que a mayor liberalización y desregulación  del sistema financiero y bancario, mayor es el resultado de la actividad económica, está siendo cuestionado, y no sólo desde el ámbito ideológico o político. El trabajo "La relación del estado estacionario entre el crédito y el PIB en la economía española" del servicio de estudios del BBVA va en la línea de que el boom crediticio observado a partir de finales de la década de los noventa en España y su posterior desplome a consecuencia de la crisis le ha costado aproximadamente un 10% de PIB a la economía española. Para llegar a esa conclusión han tomado la metodología utilizada por el BCE para el caso irlandés, aplicándolo al caso español. Dicho modelo ha tomado tres variables, el PIB, el crédito al sector privado de la economía, y los depósitos de residentes en las entidades financieras nacionales, buscando relacionar por un lado el ratio PIB/crédito, y por otro el ratio crédito/depósitos, cuya diferencia (brecha crédito-depósito) puede indicarnos cuando se está generando un nivel de crédito insostenible y perjudicial para la estabilidad macroeconómica y el crecimiento tendencial del PIB. La idea que hay detrán del ejercicio presentado es reconocida por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, el cuál propuso utilizar dicho criterio a la hora de establecer el capital y las provisiones anticíclicas a las entidades financieras.

En el documento citado se detallan tres fases en la dinámica del comportamiento del crédito desde 1970. Una primera fase de sostenibilidad (1970-1997) en el que se observa una estabilidad entre las variables analizadas. Las fase de boom crediticio (1997-2008) en la que se forma la burbuja de deuda, y el período período de crisis al que estamos asistiendo en la actualidad, coincidiendo con la quiebra de Lehman Brothers. La idea principal es que el crecimiento excesivo del crédito puede ser un indicador temprano de problemas financieros en el futuro si no se corrige la situación. El estudio indica que en la primera fase, el volumen de crédito al sector privado se mantuvo en una proporción estable respecto a los depósitos, y la brecha crédito-depósito era relativamente pequeña por lo que no había problemas para financiarla mediante otros instrumentos. Es en el boom de crédito (1997-2008) cuando la brecha comenzó a crecer de forma intensa y sostenida, ayudado por una disponibilidad abundante de recursos globales en los mercados financieros que absorvió sin problemas las titulizaciones y los instrumentos dirigidos a los mercados mayoristas de deuda. La quiebra de Lehman Brothers cerró bruscamente dichos mercados, y la financiación de la brecha crédito-depósitos saltó por los aires, por lo que el BCE tuvo que activar un mercado monetario vertical para proporcionar liquidez a las entidades con problemas. La confirmación tardía de que parte del sistema bancario español no tenía problemas de liquidez sino de solvencia, y la conexión con la deuda pública del rescate bancario, son el epílogo de la crisis financiera contagiada a la economía que estamos padeciendo en la actualidad. El trabajo realizado por el servicio de estudios del BBVA analiza el comportamiento económico (PIB) en el largo plazo, junto con las variables de crédito al sector privado y depósitos de residentes. Se determina que hay una fase de sostenibilidad (steady-state) en la que la brecha crédito-depósito es estable y absorbida sin problemas por el sistema, y períodos en los que existe una desviación respecto a la tendencia a largo plazo. El método utilizado permite hacer una simulación contra-factual (que hubiera pasado si...) en la cuál la principal conclusión es que si el crecimiento del crédito durante la fase boom hubiera sido proporcional a los depósitos del sistema, el PIB sería un 10% superior al actual. 

En conclusión, la lección a aprender por los gestores económicos públicos y los responsables de las instituciones financieras es que una abundancia de crédito a largo plazo termina provocando una burbuja de deuda, casi siempre acompañada de otra de precios de activos, y un empobrecimiento significativo cuando desaparece de golpe el estímulo financiero que sostenía la ficción de riqueza. Por tanto, un boom de crédito es una forma de dopaje económico, en el que una vez dejan de utilizarse las sustancias prohibidas las consecuencias pueden ser graves para la salud, además del consiguiente descenso del rendimiento deportivo. El dilema es que en el deporte el uso de sustancias dopantes está prohibida, y si pillan al que la usa y/o al que la prescribe, estos tendrán problemas legales y deportivos. Mientras, en economía el uso de estímulos monetarios, financieros, fiscales y económicos puede ser usado a discreción sin consecuencias para aquellos que los prescriben o que los aplican. La historia económica reciente y el presente estudio, deja claramente entrever que la utilización de instrumentos de estímulo por parte de los gestores públicos de un país está más cerca de su estrategia política o ideológica, aunque sea de buena fe, que de una análisis rigoroso , comparativo, econométrico, histórico o estadístico que probablemente presenta una verdad incómoda, difícil de reconocer y aceptar, y que puede ser fácilmente desprestigiada en cualquier debate donde se imponga la polaridad ideológica de los parroquianos que defienden sus principios por encima de cualquier otro argumento. Es la actualidad la que impone.

viernes, 12 de julio de 2013

Necesidad de financiación de la economía española. 1º trimestre

La publicación de la Contabilidad Nacional Trimestral de España del primer trimestre, ha tenido como dato estrella los 1.095 millones de euros que ha arrojado la necesidad de financiación frente al resto del mundo. Las necesidades de financiación de una economía se produce cuando el ahorro generado por los distintos sectores económicos nacionales no es capaz de cubrir las necesidades financieras para inversión o gasto del conjunto de dicha economía, y se calcula básicamente tomando la balanza por cuenta corriente más la balanza de capital. Si vemos el comportamiento que ha tenido nuestras necesidades financieras durante la década pasada se puede observar el enorme montante de ahorro externo que ha requerido la economía española para financiar un crecimiento desequilibrado y claramente cimentado sobre una burbuja de deuda. El buen comportamiento observado durante los últimos trimestres se ha debido básicamente a la buena conducta observada de las exportaciones, y sobre todo a la reducción de las importaciones no energéticas. De hecho en el trimestre comentado las exportaciones han crecido un 4,9% y las importaciones han disminuido un -5,8%, lo que ha supuesto una mejora de más de 8.500 millones de euros en el saldo exterior. Hay que señalar también el descenso de 4.700 millones de euros en la balanza de rentas y transferencias corrientes y de capital.

La introducción del euro fue en gran medida el responsable de la entrada masiva de recursos para la financiación del endeudamiento privado (hogares y empresas) durante el periodo previo a la crisis. De hecho en 2007, las necesidades de financiación exterior de la economía española superaba el 10% del PIB, similar a países como EEUU, cuya capacidad de financiar sus déficit gemelos empezaba a preocupar a los expertos. Sin embargo, en aquel momento el déficit público español no generaba una gran preocupación, aunque la dinámica posterior de las finanzas públicas ha terminado absorbiendo parte de los recursos del resto de agentes privados, y marcando el comportamiento de las necesidades de financiación exterior de la economía. Por tanto, hemos pasado de la abundancia financiera foránea en el periodo precrisis, a las restricciones actuales en las que el Banco Central Europeo ha tenido un papel esencial en la financiación de la economía española mediante la inyección de liquidez en el sistema bancario y la disposición a comprar deuda pública, de manera que ha conseguido aplacar el nerviosismo de los mercados y reducir los costes de financiación. En conclusión, la mejora observada en la necesidad de financiación de la economía española frente al exterior es palpable, pero es una clara consecuencia del descenso de la demanda pública y privada, y sobre todo observable en la intenso descenso de la inversión de todos los sectores institucionales en general. La brusca corrección de los recursos disponibles del extranjero ha provocado que el sea el ahorro nacional el que tenga que sustituirlos, aunque el negativo comportamiento de la renta disponible del sector hogares e ISFLSH (-0,5% a/a) y de las administraciones públicas hace que la corrección de los desequilibrios sea menos intensa. Aun así, el descenso del -2,1% del consumo final de los hogares respecto al mismo trimestre del año pasado ha tenido como contraparte que la hucha haya crecido en 1.877 millones de euros, lo que ha situado la tasa de ahorro en el 1,2% de la renta disponible. Al contrario que los hogares, el sector de sociedades no financieras ha registrado un aumento de la renta disponible del 21,4%, debido al crecimiento del excedente de explotación (4,9%), a la disminución de las rentas netas de la propiedad pagadas y del impuesto de sociedades, lo que conduce a una capacidad de financiación de 18.185 millones de euros, frente a unas necesidades de 7.224 millones de euros por parte del sector hogares. Por su parte, las administraciones públicas arrojan unas necesidades de financiación de 12.458 millones de euros, destacando el aumento del 4% en los impuestos netos ligados a la producción, y la disminución del 3,9% el de los ligados al IRPF y Patrimonio.

martes, 11 de junio de 2013

Producto interior bruto trimestral. 1º trimestre

La economía española ha registrado un descenso del PIB trimestral del 0,5% respecto al último trimestre del año pasado, tres décimas menos. En términos anuales el descenso ha sido del -2,0%, en línea con la mala coyuntura prevista para el primer semestre del año en curso. El consumo final de los hogares registró un descenso del -0,4% respecto al trimestre anterior, mientras que el de las Administraciones públicas lo hizo el -1,2% trimestral. Por su parte, la formación bruta de capital fijo descendió el -1,1%, con un descenso de la construcción del -2,5%, y un pequeño incremento para los bienes de equipo del 0,2%. En cuanto a la actividad internacional, las exportaciones registraron una disminución del -1,3% en términos trimestrales, mientras que las importaciones lo hicieron un -1,7%. Hay que anotar que aunque en general todas las partidas del PIB marcan descensos trimestrales, los registros son en general mejores que los anotados a finales de 2012. Por el lado de la oferta, todos los sectores registraron pérdidas de producción, así el primario lo hizo en un -0,9%, la industria en el -1,5%, y el sector servicios descendió el -0,5%. Como dato positivo el incremento de la actividad en el sector del comercio, transporte y hostelería que lo hizo en un 0,5%, cuando el trimestre anterior cedió un -1,6%. 

Si analizamos el PIB en tasas interanuales el deterioro de la actividad económica es más intensa. El consumo de los hogares registra un -3,9% de descenso, el público un -4,3%, la FBCF el -9,0%, por lo que la demanda nacional se deteriora un -4,9%. Las exportaciones aportan un dato positivo en tanto que crecen un 4,5% después de hacerlo un 3,2% en el trimestre anterior. Por su lado, las importaciones siguen una senda de fuerte descenso, apuntando un -5,1% interanual, algo menos que el -5,4% registrado en el último trimestre del año anterior. En términos de renta, destacar el descenso pronunciado de la remuneración de los asalariados, que lo hace un -6,0%, mientras que los excedentes de explotación bruto más las rentas mixtas brutas crece en un 2,6%. En cuanto a los impuestos netos sobre la producción, el crecimiento fue del 5,4%. En conclusión, los datos registrados están en línea con las previsiones en cuanto a que el semestre en curso va a ser negativo en términos generales, y que será a partir del segundo semestre, y en concreto en el último trimestre cuando la economía comience a revertir la tendencia de decrecimiento del PIB. Será la inversión la que comience a crecer como paso previo a la estabilización del consumo privado, vía crecimiento del empleo, ya que el consumo público seguirá en la senda de ajuste presupuestario.